Por amor y sin miedo.
En la fotografía, María
Ángeles Muñoz, una mujer del barrio del Besòs a quien su exmarido acusaba de
adulterio para poder pedir al juez la hija común de cinco años. Este caso puso en evidencia la injusticia y la
desigualdad de las leyes, las cuales castigaban a las mujeres por adulterio con
seis años de prisión. En la imagen, María Ángeles Muñoz hacia los juzgados
acompañada de militantes feministas.
Esta historia individual
sirvió para desvelar la indignación y la solidaridad colectiva. Los grupos de
mujeres montaron manifestaciones, abucheos ante los juzgados y popularizaron el
eslogan: "Yo también soy adúltera". Las reivindicaciones feministas lograron
cambiar las leyes que, a partir del 26 de mayo de 1978, dejaron de considerar
el adulterio como un delito.
Por amor y sin miedo.
Ese era el compromiso de
Montserrat Roig, con el mundo en general y el universo femenino en particular, y este compromiso lo mantuvo tanto en su vida
privada como en su vida pública.
Aunque, Montserrat Roig,
prefería decir que no amaba a las mujeres… deia que:” L’amor
és massa cruel perquè tingui la tendresa de l’amistat”. Y sin duda, al leer y releer sus libros, las mujeres sentimos la ternura de su amistad.
En estos ultimos días me he preguntado muy
especialmente por el principal objetivo de la “Associació de Dones Montserrat Roig de Sant
Joan Desp”, y he ido preguntando a unas y a otras mujeres que es lo que han
encontrado en este pequeño espacio asociativo. Algunas me habéis contestado que
recordabais momentos entrañables de
convivencia, participación y sobretodo de gran apoyo. Y yo estoy convencida de
que eso era lo que veníamos haciendo estos siete últimos años. Compartir y
darnos ese apoyo mutuo, que se suelen dar las amigas.
Participación, generosidad y compromiso, en mi
opinión son los valores que sustentan el pilar de cualquier objetivo de lucha por una justicia social, o importantes causas
a las que poner nombre, como son acabar con la desigualdad, con la violencia o
con el hambre en el mundo.
Primero ser personas comprometidas.
Hay quien dice que las personas comprometidas, las
que dedicamos parte de nuestro tiempo a los demás, posiblemente lo hacemos
porque tenemos un vacio personal. En mi opinión, las personas que no entregan
parte su tiempo a los demás, las personas que no se comprometen no están
completas. Creo sencillamente que el compromiso nos transforma.
También hay quien afirma que las personas que trabajan voluntariamente
convencidas por una sociedad justa e igualitaria, deben hacerlo de forma
totalmente generosa y sin esperar nada a cambio. Opino que la generosidad, como
ya he comentado, es imprescindible, pero voluntaria o involuntariamente
esperamos algo, ¡y tanto que esperamos! esperamos que esa misma generosidad se
contagie y crezca a nuestro alrededor.
Por otro lado se rumorea que buscamos cierto
protagonismo. Cambio” protagonismo” por “ser protagonistas”. Todas deberíamos
ser protagonistas. En mi opinión las personas que solo son espectadoras no
juegan limpio, ¡y así no vamos bien! Si no somos capaces de reconocer nuestra
responsabilidad en el andar de las cosas y nos desentendemos y nos abstraemos
considerando que la sociedad es la responsable y que nosotras tan solo somos
las victimas y protestamos como si todo lo malo viniera de fuera de nosotras,
pues eso… que no vamos bien!
Pero que os voy a contar que no sepáis ya. El ser espectadoras solo nos da derecho a aplaudir o a silbar según nos vaya.
Nuestros objetivos son muy ambiciosos. Todas las causas están en este pequeño espacio asociativo, si queremos luchar por nuestros derechos, por los derechos de las personas tendremos que empezar por comprometernos.
Nuestros objetivos son muy ambiciosos. Todas las causas están en este pequeño espacio asociativo, si queremos luchar por nuestros derechos, por los derechos de las personas tendremos que empezar por comprometernos.